Exploremos juntos las 5 fases del duelo propuesto por el modelo de Kübler-Ross.
La experiencia del duelo es universal y, a menudo, inevitable en la vida humana. Ya sea por la pérdida de un ser querido, la de nuestras mascotas, la ruptura de una relación significativa, la pérdida de un trabajo o cualquier otro cambio importante, el duelo es una respuesta natural y compleja a la pérdida.
Este viaje de sanación emocional puede llevar tiempo y cada persona puede experimentarlo de manera diferente.
En este artículo, exploraremos las 5 fases del duelo y brindaremos herramientas para ayudarte a atravesar estas etapas dolorosas hacia la sanación y el crecimiento emocional.
¿Qué es el duelo?
El duelo es una respuesta emocional y psicológica natural que experimentamos cuando enfrentamos una pérdida significativa. Esta pérdida puede manifestarse de diversas maneras, como la muerte de un ser querido, el fin de una relación, la pérdida de un trabajo, la salud deteriorada o cualquier cambio importante que genere una sensación de pérdida. El duelo no se limita sólo a la muerte; este puede surgir en respuesta a cualquier otro evento que genere un impacto emocional profundo y desencadene sentimientos de dolor, tristeza y adaptación.
Asimismo, el proceso de duelo implica una serie de respuestas emocionales, cognitivas y físicas a la pérdida. Las personas pueden experimentar una variedad de emociones, como tristeza, enojo, confusión, ansiedad, y estas emociones pueden cambiar con el tiempo.
No hay una forma única o «correcta», por así decirlo, de enfrentar el duelo, ya que cada individuo responde de manera única a sus propias circunstancias y experiencias.
Además, es muy importante destacar que el duelo no sigue un patrón lineal y predecible. De hecho la psiquiatra Suiza, Elisabeth Kübler-Rossel, mencionó esto mismo en algún momento de su vida.
La autora del modelo de las 5 fases del duelo (negación, ira, negociación, depresión y aceptación), revela que muchas personas no experimentan estas fases de manera secuencial ni pasan por todas ellas. Lo que demuestra que el duelo es un proceso individual y personal, y la intensidad y duración pueden variar ampliamente de una persona a otra.
Veamos a continuación las 5 fases del duelo que describe la psiquiatra:
Introducción a las 5 fases del duelo
Antes de ver cada fase conozcamos un poco a quien propuso el modelo.
Nacida el 8 de julio de 1926 y fallecida el 24 de agosto de 2004, Elisabeth Kübler-Ross fue una psiquiatra suiza. Ella es muy conocida por su trabajo pionero en el campo de los cuidados paliativos y su influyente modelo de las «5 Fases del Duelo».
En 1969, publicó el libro «On Death and Dying» (Sobre la muerte y los moribundos), donde presentó sus observaciones sobre las experiencias de pacientes terminales. Ahí, ella nos dice que su principal objetivo es que este tipo de personas puedan enfrentar su muerte con serenidad e incluso con alegría.
En este libro, Kübler-Ross identificó 5 etapas emocionales que los pacientes pasan al enfrentarse a su propia muerte. No obstante, estas 5 etapas también nos ayudan a enfrentar cualquier otro tipo de problema como una perdida de algún ser querido.
› Comprensión de la primera fase: Negación
La negación es la primera de las 5 fases del duelo y para muchos la primera reacción frente a la pérdida. En esta etapa, las personas tienden a sentirse abrumadas y pueden tener dificultades para aceptar la realidad de lo que ha sucedido.
La duración de la negación puede variar ampliamente de una persona a otra y también depende de la naturaleza de la pérdida. Algunas personas pueden experimentar negación de manera breve, mientras que otras pueden permanecer en esta fase durante un período más prolongado.
Por otro lado, durante la negación, es común que las personas eviten discutir o enfrentar directamente la realidad de la pérdida. Pueden manifestar resistencia a aceptar información que confirme la realidad de la situación.
Aunque la negación puede ser una respuesta inicial, es importante que las personas eventualmente avancen hacia la aceptación (última etapa) para permitir un proceso de duelo saludable. La prolongación excesiva en esta fase puede interferir con la capacidad de adaptación y crecimiento emocional. Si tú o alguien más de tu entorno está en esta etapa es crucial que busquen apoyo. La empatía y la paciencia son esenciales para ayudar a la persona a procesar gradualmente la realidad de la pérdida.
Por último, es importante mencionar que aceptar la realidad de la pérdida es el primer paso para avanzar a la siguiente fase. Suena fácil pero sabemos que no lo es, por lo que si es necesario tómate todo el tiempo que sea necesario para asimilar la información.
El apoyo emocional y la comprensión son elementos clave para facilitar una transición saludable a través de esta fase y hacia el proceso de duelo en su conjunto.
› Navegar por la segunda fase: La ira
A medida que la negación se disipa, la ira puede emerger. Las personas en duelo pueden sentirse enojadas con ellos mismos, con otros, con la vida o incluso con la entidad en la que crean. De hecho, pueden sentirse enojados hasta con la misma persona fallecida (si aplica). No obstante, no hay por qué sentirse mal con uno mismo ya que esto es una respuesta natural o normal hacia el dolor y a la sensación de injusticia o impotencia.
La ira a menudo surge como una reacción a la pérdida de control percibida. Las personas pueden sentirse impotentes ante la situación y, como resultado, experimentar un aumento en la ira como una forma de intentar recuperar algún sentido de poder. En este sentido, la ira no es una fase que las personas deben superar necesariamente; más bien, es una parte dinámica del proceso de duelo. Puede aparecer y desaparecer a lo largo del tiempo, y diferentes situaciones o recordatorios pueden desencadenar episodios de enojo.
Lo que sí es importante es que las personas encuentren formas saludables de expresar su ira. Hablar con amigos, familiares, un profesional, o incluso practicar un hobby puede ayudar a gestionar esta emoción de manera constructiva.
A medida que las personas avanzan en el proceso de duelo, la intensidad de la ira tiende a disminuir. Sin embargo, este proceso es altamente individual y puede llevar tiempo. Debes comprender que la ira es una expresión natural y necesaria en el duelo, y brindar apoyo y comprensión puede ser invaluable durante esta fase.
Por último, me gustaría recordarte que la ira en el duelo es una respuesta totalmente humana y comprensible, pero es esencial abordarla de manera saludable para facilitar la adaptación emocional y la transición hacia etapas posteriores del proceso de duelo.
› Afrontar la tercera fase: La negociación
La etapa de negociación implica intentar hacer acuerdos o compromisos para revertir la pérdida. Las personas pueden hacer promesas a sí mismas, a otros o incluso a entidades divinas con la esperanza de que el resultado de la situación pueda cambiar. Esta etapa refleja la lucha por encontrarle un sentido y control a la situación.
La negociación también implica una profunda reflexión sobre lo que se ha perdido. Las personas pueden revisar los eventos previos a la pérdida y tratar de entender si podrían haber hecho algo diferente para evitarla. Además aquí se trata de entender el por qué ocurrió la pérdida y se intenta hacer búsqueda de respuestas, para así dar sentido a el dolor que están experimentando. Estos pensamientos son parte del proceso de búsqueda de significado.
A medida que las personas avanzan en la fase de negociación, generalmente comienzan a comprender que ciertos aspectos de la pérdida son irreversibles. Esto puede conducir a una adaptación gradual y a la aceptación de la nueva realidad.
Durante la fase de negociación, el apoyo emocional y la comprensión son fundamentales. Las personas pueden beneficiarse al hablar sobre sus pensamientos y sentimientos, y los amigos, familiares o profesionales de la salud mental pueden desempeñar un papel crucial en este proceso.
Es esencial comprender que la negociación no siempre conduce a un acuerdo o resolución tangible. A medida que las personas avanzan en el proceso de duelo, la negociación tiende a ceder paso a otras etapas, como la depresión y la aceptación. El apoyo continuo y la paciencia son vitales mientras las personas navegan por esta compleja fase del duelo.
› Curación a través de la cuarta fase: Depresión
De las 5 fases del duelo, la depresión es a la que más debemos prestar atención. Es sabido que la tristeza profunda y la sensación de pérdida pueden llevar a experimentar la depresión.
En esta fase, las personas pueden experimentar desesperanza, sentirse desconectadas de los demás y una falta de interés en las actividades cotidianas. El duelo puede generar una sensación de soledad y aislamiento, incluso cuando hay personas alrededor tuyo.
Por otro lado, las personas cuando están en esta fase, pueden manifestar físicamente algunos síntomas como fatiga, falta de energía y dificultades para concentrarse. Estos síntomas pueden complicar aún más el proceso de adaptación. Algunos pueden incluso cuestionar el sentido de la vida o la posivilidad de encontrar nuevamente la alegría después de la pérdida.
Asimismo, hay quienes se sienten culpables por la pérdida o incluso sentirse incapaz de enfrentar la vida sin la presencia de lo que han perdido. Debido a esto, es que es crucial permitir y expresar las emociones de tristeza y dolor. Compartir estos sentimientos con amigos, familiares o profesionales de la salud mental puede proporcionar un alivio temporal y fomentar la sanación.
Ten presente que la depresión en el duelo puede persistir durante un tiempo variable. El proceso de recuperación es único para cada individuo y puede requerir tiempo y apoyo continuo. Tómate el tiempo que sea necesario para avanzar a la siguiente fase, y recuerda que no estás solo o sola en este camino, todos hemos pasado por esto, estamos pasando o pasaremos por lo mismo.
NOTA: OJO ya que es muy importante saber distinguir entre la depresión en el duelo y la depresión clínica. Mientras que la depresión en el duelo es una respuesta natural a la pérdida, la depresión clínica es un trastorno mental independiente que puede requerir intervención profesional.
› Abrazar la fase final: Aceptación
La aceptación es la fase final del proceso de duelo. En esta fase, las personas comienzan a reconocer y aceptar la realidad de la pérdida. Esto no significa necesariamente que la persona esté «bien» con la pérdida, sino que han llegado a un punto en el que pueden seguir adelante con sus vidas.
La aceptación implica la adaptación a una nueva realidad, una que incluye la ausencia de lo que se perdió. Las personas pueden empezar a encontrar formas de vivir sus vidas de manera significativa a pesar de la pérdida.
A medida que se avanza, algunos empiezan a recordar a la persona fallecida o la situación perdida de una manera más positiva. Los recuerdos ya no están dominados por la tristeza intensa, sino que pueden ser acompañados por un aprecio por lo que fue y por lo que perdura. Esto a menudo implica un retorno gradual a las rutinas cotidianas y a la participación en actividades sociales y laborales. Las personas pueden encontrar un nuevo equilibrio en sus vidas mientras llevan consigo la experiencia de la pérdida.
Hay que dejar muy en claro que la aceptación no significa olvidar ni dejar atrás completamente la pérdida, pero implica un cierre emocional que permite a la persona seguir adelante sin estar constantemente abrumada por el dolor. Además es importante recordar que este es un proceso único para cada individuo, y los sentimientos pueden surgir nuevamente en momentos significativos o aniversarios. Sin embargo, en general, las personas en esta fase experimentan un mayor bienestar emocional.
Por último comentarte que aunque se haya alcanzado la aceptación, el apoyo emocional puede seguir siendo beneficioso. La vida después de la pérdida puede presentar desafíos continuos, y contar con una red de apoyo sigue siendo valioso para el ajuste emocional a largo plazo.
¿Cuánto tiempo dura el duelo?
La duración del proceso de duelo varía significativamente de una persona a otra y depende de diversos factores, incluyendo la naturaleza de la pérdida, el nivel de apoyo emocional disponible, las características personales y la capacidad de adaptación. No hay un cronograma fijo para el duelo, y es importante reconocer que cada individuo lleva su propio ritmo en este proceso.
En general, el duelo no tiene un límite de tiempo específico y puede extenderse durante semanas, meses o incluso años. Algunas personas pueden encontrar una mayor adaptación y aceptación relativamente pronto, mientras que para otras el proceso puede ser más prolongado. Además, es común experimentar altibajos emocionales incluso después de haber alcanzado cierto grado de aceptación, por así decirlo.
Es crucial permitirse a uno mismo sentir y procesar el dolor a tu propio ritmo. Si bien el tiempo puede ayudar a mitigar la intensidad del dolor inicial, el duelo nunca se traduce en olvido, sino en la capacidad de integrar la pérdida en la propia vida de una manera significativa.
Por último, si alguien experimenta dificultades significativas en el proceso de duelo, como síntomas de depresión clínica, ansiedad persistente o incapacidad para llevar a cabo actividades cotidianas, puede que sea más recomendable buscar apoyo profesional, como la ayuda de un terapeuta o consejero. Estos profesionales pueden proporcionar orientación y herramientas para afrontar el duelo de manera saludable.
Conclusión: Encontrar la esperanza y la curación en medio del duelo
En medio del dolor y la tristeza que te acompaña en este proceso de duelo, es esencial recordar que encontrar la esperanza y la curación es posible. A lo largo de las 5 fases del duelo, desde la negación hasta la aceptación, cada emoción y desafío te ofrece oportunidades únicas para tu crecimiento personal.
Recuerda que aceptar la realidad de la pérdida no implica olvidar, sino más bien integrar esa experiencia en la propia historia que tenemos todos.
La negación sirve como un primer paso para enfrentar la realidad, mientras que la ira, la negociación y la depresión representan caminos hacia la aceptación. A lo largo de este viaje, la paciencia, el entendimiento y la compasión, tanto hacia uno mismo como hacia los demás, serán tus compañeros fundamentales.
En última instancia, la aceptación no significa la ausencia de amor o la desaparición del dolor, sino una capacidad renovada para vivir con significado y apreciar la vida a pesar de la pérdida. Encontrar la esperanza y la curación en el duelo es un testimonio de la resiliencia humana y la capacidad de transformar la adversidad en crecimiento y renovación.
Por último, me gustaría recalcar que el duelo es algo normal por lo que todos pasamos a lo largo de nuestras vidas. No te prives de expresar lo que sientes y por sobre todo, tómate el tiempo necesario para sanar. No importa cuanto tiempo sea, una semana, un año, 10, cada uno se mueve a su propio ritmo no permitas que otros controlen eso. Personalmente he tenido 2 duelos en mi vida por lo que sé lo díficil que es vivir este momento, tú puedes, te mando un abrazo apretado .✨ ¡Ánimo! ✨